Homo erectus olduvai

Vista general de las excavaciones en la zona de FLK en Olduvai, Tanzania, donde Mary Leaky encontró restos de Homo habilis. Este mismo yacimiento de Olduvai seguiría sirviendo de hogar trescientos mil años más tarde a otro hominino, el Homo erectus. © Pr. Misión Arqueológica Española en Tanzania, Orígenes Humanos en la Garganta Olduvai, Tanzania

La segunda mitad del siglo XX supuso una revolución con respecto a nuestro conocimiento sobre los orígenes humanos, posicionando el continente africano como la cuna de la humanidad, idea que ha persistido hasta nuestros días. Fueron los investigadores Mary y Louis Leakey quienes empezaron trabajos arqueológicos sistemáticos en la garganta de Olduvai (Tanzania) y que continuaron a lo largo de toda su vida científica.

En todo este tiempo los Leakey descubrieron numerosos restos fósiles, entre los que destacaríamos la definición de dos especies de homininos, Paranthropus boisei y Homo habilis. Este último es el representante más antiguo de nuestro género, y aparece asociado a herramientas líticas y restos óseos de otros mamíferos.

Los Leakey no tardaron en plantear que era la destreza del hominino encontrado la que le había llevado a fabricar instrumentos en rocas que abundan en el entorno (lava, cuarcita), mediante la aplicación de una fuerza de manera puntual (talla) con el fin de disponer de fragmentos más pequeños con bordes cortantes con los que separar las masas musculares de los animales que consumían, o simplemente utilizar esas rocas para fracturar los huesos.

Serán las excavaciones en la zona de FLK (Frida Leakey Korongo) en Olduvai donde Mary Leakey encontró en el mismo estrato geológico los restos de Homo habilis, los objetos líticos transportados del entorno próximo y modificados, junto a una gran cantidad de huesos fracturados de distintos animales: elefante, hipopótamos y distintos bóvidos.

Homo erectus Olduvai

Excavación en FLK West. Vista general de los restos óseos. © Pr. Misión Arqueológica Española en Tanzania, Orígenes Humanos en la Garganta Olduvai, Tanzania

La explicación más plausible que se dio en su momento era que Homo habilis fue el autor del transporte y modificación de las piedras, así como de la caza o carroñeo de los distintos animales que se documentan. Por lo tanto, FLK era el lugar que habían elegido los homininos para consumir las carcasas de los animales carroñeados y compartir el alimento con el resto de los individuos del grupo. Igualmente sorprendente era la antigüedad que presentaban todos estos restos arqueológicos, con más de 1.8 millones años.

Nuestro proyecto de investigación se centra en la misma zona de FLK aunque algo más hacia el oeste (FLK West) y en ella estamos excavando uno de los estratos situados por encima de aquel excavado por los Leakey. En el caso de nuestro yacimiento, con una cronología alrededor de 1,5 millones de años, el protagonista es Homo erectus, descendiente de Homo habilis. Hemos encontrado carcasas de grandes mamíferos –elefante, hipopótamo, entre otros– asociados a objetos líticos típicos del periodo Achelense.

Aparte de la gran relevancia de los restos que estamos encontrando, se ha de subrayar la metodología de excavación, en la cual se documentan desde los pequeños fragmentos de piedra de apenas 2 centímetros hasta los cráneos de grandes mamíferos. Todo ello se posiciona en 3D, lo cual permite restituir los restos arqueológicos en su posición original, y que así podrán ser estudiados no solo en la actualidad sino también por futuras generaciones de arqueólogos.

Estos trabajos en FLK West de Olduvai nos permiten llevar a cabo interpretaciones mucho más realistas de la forma de vida y de las actividades cotidianas de Homo erectus y el Achelense, que confiamos en poder seguir investigando en los próximos años.

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